Ramón Amezcua Encendido

A las 22:40 horas del sábado 29 de mayo Ramon Bostich caminó hacia el escenario donde su laptop con el característico logotipo Nortec un avatar de él mismo de perfil con sombrero de vaquero galáctico espera cobrar vida mediante los beats que el sabe pulsar admirablemente.

Sus lentes de armazón oscuro exactamente como el dibujo que adorna la carátula de su más reciente producción BIPIH que imprimió en formato cassette y en formatos digitales con la sencillez que lo caracteriza saludaba a sus amigos que ahí se reunieron.

Un mezcal para brindar Sergio Torres y el estaff de La Ciruela Eléctrica y la música empezó a cobrar vida a través de los cables y la vibración característica de un revolucionario de la escena electrónica esos «beats» que han traspasado fronteras de todos los continentes ahora en casa en la Calle Tercera en el bar Mamut el mastodonte agitó su melena y los sedientos de noche electrónica lo disfrutaron con esplendor.

Desde el inicio los beats de Familiar Suite se expandieron por el lugar y un recorrido excelente por lo mejor de la producción de Ramon Amezcua elevó a nivel de euforia mientras el ritmo serpenteaba en un laberinto auditivo que en momentos se acercaba a ese Nortec de dónde partió todo pero volvía a lo propio y jugaba a la vez con los botones de la máquina de ritmos.

Poco a poco en un crescendo constante los que disfrutaban sentados se pararon cerveza en mano y sacudían la polilla de la cuarentena y de ahí al área dónde el Gran Ramón Bostich cómo alguien dijo: «Ese Ramón lo está dando todo» y hacia final todos bailando celebraban el inicio de una nueva época tras la pandemia.

Ramón vuelve con sus amigos. Casi dos horas de «beats» y otro vaso de mezcal hasta el fondo y alguien lo detiene para un selfie y alguien más lo quiere saludar, ellas y ellos, jóvenes y viejos y la celebración ya no termina.

El sonido electrónico toca el corazón. Ramón Bostich transforma una máquina en un lazo infinito es algo así como un filtro surtidor de belleza sin fin un eco de infinita armonía que no caduca.

Y que sigue traspasando fronteras. Excelente noche llena de luz. Desde Tijuana hasta Islandia.

Tijuana Makes Me Happy.

Texto y Fotografía: Luis Felipe Cota Fregozo.

Redacción