Buenas Noticias BC. – Rosarito , Baja California. – En este destino turístico de los más importantes del estado bajacaliforniano llegan miles de turistas a disfrutar lo que el municipio ofrece.
El Director de Protección Civil Rosarito Carlos García Ames Manifiesta que todavía falta que se presentenun poco de frío y ligeras lluvias para el mes de Marzo. Y respecto a que las aguas se salen de las playas, es normal cada año sucede, sumándole los oleajes altos que miden metros, éstas 2 afectaciones causan que la arena sea arrastrada hacía dentro del mar, y al cabo del tiempo todo vuelve a la normalidad.
Las recomendaciones son : si, miran olas altas, alejarse de la zona costa, no surfiar y no meterse al agua. Por otra parte, los espacios permitidos para residencias, comercios establecidos , visitantes y para protección está invadido en extremo y prolongación. La culpa la tiene esta actual administración municipal del IX Ayuntamiento gobierno municipal Regulación a cargo de Edgar Robles quién permite que permanezcan fierros firmes enterrados, puestos que se suponen son ambulantes, sillas, paraguas contra el sol etc, por largo y ancho en la playa, obstruyendo el paso por cada emergencia que se registra en esta zona turística. Personal de protección civil no llega a tiempos por estos motivos.
Realizan estrategias para poder llegar, tarde pero, están allí, dónde está el problema. Se ven obligados a utilizar vías alternas, como bulevares para entrar a playas. Llegando al lugar dónde solicitaron auxilio demasiado tarde y en ocaciones los mismos turistas y/o ciudadanía son los que ayudan a las personas el peligro en la playa. Así, las cosas en Rosarito.
El Director de Protección Civil Carlos García Ames pide al gobierno soluciones este problema lo antes posible. Está por llegar primavera- verano y la zona costa se llena de visitantes a toda hora, los 7 días de la semana, más en vacaciones y/o días feriados. Si, se unen ciudadanos y personal de protección y bomberos todo permanece en aparente calma y sin, nada que lamentar.
Por Matilde Angélica Álvarez Inzunza